Circus Variete: Crónica de una noche irreverente

Por Iván Gutiérrez

Arcata, Septiembre 2023 

Una Belly Dancer nos hipnotiza con sus caderas de fuego, caderas divinas que ondulan de izquierda a derecha trayendo a esta casa de Arcata el misticismo que se respira en los desiertos árabes. Detrás de mí alguien prende un gallo y otra persona más atrás se ríe de algo. Al terminar el número de las caderas incendiadas sube a escena un comediante con sombrero de bruja y una pequeña guitarra, entre sus bromas nos invita a cantar/gritar por el ¡Whisky!  y la ¡Cerveza!

El evento en marcha lleva por nombre Circus Variete Ancestral, y se trata de una iniciativa a cargo de Sandra, Marcos y Jaime, triada chilena que un día decidió abrir las puertas de su casa para armar una fiesta donde se presentaran los talentos artísticos que abundan entre sus amistades: una familia de danzantes, músicos, cirqueros, magos y comediantes. Hoy, en la 3era edición de este circo, la diversidad y el talento afloran tanto como las ganas de pasarla bien. 

Concluido el show de comedia sube al escenario una chica de gafas para leer un collage literario de Victor Jara, donde se combinan algunas de sus canciones con el poema “Somos cinco mil”, el último texto que escribiera el músico chileno antes de su fusilamiento en la dictadura de Pinochet. El poema parece que nos habla directamente a todos los trabajadores del campo que hoy estamos reunidos en esta fiesta de locales y foráneos. 

Somos cinco mil aquí.

En esta pequeña parte de la ciudad.

Somos cinco mil.

¿Cuántos somos en total

en las ciudades y en todo el país?

Somos aquí diez mil manos

que siembran y hacen andar las fábricas.

¡Cuánta humanidad

con hambre, frío, pánico, dolor,

presión moral, terror y locura!

A la par de la lectura se proyecta sobre la pared una muestra documental del régimen dictatorial, con sus soldados, sus cascos, sus bazookas, sus tanques y su histeria asesina. La memoria de la catástrofe llega directo al presente en este homenaje que nos deja por completo en silencio. 

En la capa sonora de fondo una guitarra acústica loopea en vivo la armonía y melodía de una balada triste que acompaña el recuerdo atroz, mientras una perfomer de Danza Butōh sale de la ventana de la casa, destruyéndonos en cada grito ahogado que lanza su expresión deforme. Ella abraza su ramo de flores y Victor Jara sonríe a la cámara y nos dice algo ininteligible, quizás desliza un presagio de su inminente-infame asesinato. 

Me retiro a fumar un cigarrillo afuera de la casa con un viejo amigo de mi ciudad natal, mientras a la par se presenta otra coreografrafía dancística sobre el escenario. Al volver a presenciar los números cirqueros de esta noche da inicio un show de comedia a cargo de un mago con bata de doctor, quien comienza su presentación con el apoyo de un acordeonista que musicaliza sus actos, mismos que realiza con el apoyo del público. 

El mago-doctor cierra su show introduciendo una espada por su garganta, momento en que el público grita extasiado y ahogado por la irreverencia de tanta locura cirquera, demencia que celebra esta noche llena de arte, arte que nos salva un rato de la tijera y el surco y la enajenación de nuestros trabajos. ¡Hoy hemos salido a respirar de nuevo las ganas de vivir!

Frente a nosotros una gata sensual sube por una tela colgante al ritmo de un jazz suave. La gata se enreda y alcanza los cielos y vuela, danza para nosotros en el aire mientras ronronea y nos tira sus miradas felinas hasta descender y empaparnos con toda la pureza de su entrepierna, ¡estallan entonces los gritos ante la sorpresa que nos revela su líquida flor!

Suben después un par de pieles perversas que se atreven a encadenarse frente a nosotros, nos someten al  someterse al escrutinio total de su alma burlesca. And suddendly we are floating with them in this slow motion dance that free us and land us just where we are supposed to be: in the present moment. 

Como número final de este circo americano tenemos a un sujeto de nombre Marcos, quien hace volar pelotas y bolos inspirado por el ánimo del público. Llegado el momento estelar un par de tipos del público lo ayudan a treparse a un monociclo de altura considerable, luego otra desconocida del público es invitada a participar y arrojarle uno, dos, ¡y hasta tres machetes a este gran malabarista hijo de puta, y éste mantiene el equilibrio sobre el monociclo mientras los cuchillos parten el aire entre sus manos! La euforia es absoluta.

“Con este tipo de eventos buscamos tener un impacto positivo tanto en la comunidad latina como en la local”, comparte Jaime al concluir el evento. “Al abrir este espacio para mostrar actividades y shows artísticos de todo el mundo, nos nutrimos de lo diversos que somos. La esencia de este evento es divertirse, compartir la magia del circo con todos y todas, con la finalidad de hacer algo fresco y distinto, que a la par genere comunidad a través del arte”. 

Concluida la festividad se anuncia que para los que estén en busca de mover las caderas, la cumbia incendiara de Makenu se presentará en el Bar de Richards Goats. Al llegar a este brillante lugar me asombra una pintura gigante que muestra a una dama de negro con máscara y cuernos de venado. 

Detrás de la barra la cabeza semi-espeluznante de una cabra nos da la bienvenida al mundo de la bebida, mientras poco a poco el lugar se va llenando de almas ansiosas de moverse al ritmo de la cumbia. 

Instrumentos se instalan, la sangre está caliente, el cuerpo pide movimiento. Tras la espera necesaria el grupo de Makenu remata la noche con harmónica, teclado, batería, acordeón, bajo y voces que 0ponen el sabor del sur, aquel sur que tanto extrañamos los que estamos lejos de casa y que guardamos bien calientito dentro de nuestro pecho, listo para sacarlo a flote cuando el ritmo de la cumbia nos llena con esa vibra sabrosa y familiar. Hasta aquí llegan las letras, ¡esta noche toca bailar como en mi tierra!

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