Cosmic Shit: crónica de una convergencia (¿contra?)cultural

Redacción y fotos por Iván Gutiérrez

Noche de internarse en el inframundo que representa el espacio underground más joven de Ensenada: el Bar Xibalba. Esta noche se festeja el “Cosmic Shit”, primer evento de este tipo en esta cantina juvenil, una fiesta urbana que tiene un solo objetivo: hacer coincidir diferentes propuestas artísticas en un solo lugar.

Al llegar a este nuevo hogar de las “identidades juveniles contemporáneas” (conceptualización del escritor y filósofo Carlos Camaleón) me topo a mi izquierda con “Don Palabras”, poeta ensenadense que por unas monedas y un tema te regala un texto poético instantáneo. Saludo al camarada escritor y le solicito un poema sobre la explotación laboral en San Quintín, tema que traigo fresco por la presentación del libro “Vivir para el surco: trabajo derechos en el Valle de San Quintín” en la UABC.

Escritor desde los 11 años y actual Lic. en Ciencias de la Comunicación, Langas ha ganado premios de poesía a nivel estatal e internacional (concurso “Cortnera” en Paraguay), siendo además finalista en convocatorias nacionales como la que abre anualmente la Universidad de Guadalajara; el joven de barrio también ha inundado diferentes espacios de Ensenada con poesía en múltiples presentaciones, y ya se está preparándose para el que viene: Al filo de la poesía, evento de micrófono abierto organizado por el Colectivo Firmamento que se llevará a cabo el próximo jueves 7 de diciembre en la cervecería colectivo 18.

Comencé a escribir desde niño. Mi mamá escribía poemas en una libreta universitaria, ya sabes, para desahogar las penas, y ello me motivó a seguir su ejemplo. Como también era un ávido lector desde temprana edad, el hábito floreció por sí solo”, me comparte el comunicólogo.

Actualmente Langas es colaborador de la revista Región Transparente, donde publica cuentos, poemas y artículos de diferentes temas, manejando entre su estilo una preferencia por mezclar el terror con la vida cotidiana (chécate su cuento más reciente, “Danza de Buitres”, aquí). El camarada termina sus letras y quedo impresionado por el texto que me entrega, demasiado bueno para el poco tiempo que destinó a escribirlo. Quisiera replicar aquí algunos de sus versos, pero lo despistado me los ha arrebatado; afortunado quien los encuentre por ahí, esperando a ser leídos y vividos nuevamente. De cualquier manera, en mi corazón quedaron sembradas al instante las palabras del escritor.

“Langas” Loya o “Don Palabras”

Le agradezco al camarada poeta por el texto y me adentro en la cantina xibalbera para ver qué más me encuentro esta luna menguante. En mi cabeza circulan ideas relacionadas con el texto “¿Underground, contracultura o tribus urbanas?”, escrito por el colega tijuanense Manuel Ayala. Entre ellas una me asalta con insistencia: ¿Son contraculturales las propuestas de esta noche?

Si pensamos la contracultural como “la alternativa, la otra opción, lo diferente, lo creativo y el arte”, pienso que sí. Retomando las ideas del escritor José Agustín, pareciera reiterarse la afirmación, al pensar la contracultura como aquello que “abarca toda una serie de movimientos y expresiones culturales, usualmente juveniles, colectivos, que rebasan, rechazan, se marginan, se enfrentan o trascienden la cultura institucional (…) la dominante, dirigida, heredada y con cambios para que nada cambie, muchas veces irracional (…) que consolida el status quo y obstruye”.

Contracultura como expresión de libertad, de otras formas de hacer y ser, como oposición a la cultura mainstream, al pensamiento plano inyectado por las instituciones sociales y reforzado por los grandes medios de comunicación. Aquí hay intentos de hacer algo diferente, ¿pero es un grito lo suficientemente constestatrio? ¿De verdad representa una propuesta alternativa que rompe con el status quo? Negándome a dar una respuesta definitiva, dejo aquí un texto para que los lectores y participantes del evento saquen sus propias conclusiones.

Avanzo y a la derecha del “Langas” una mesa exhibe fanzines, calcas y otras creaciones del artista plástico “Mey Wey”. A su lado Ivonne Jiménez, comunicóloga y diseñadora de accesorios y lencería para mujeres bajo la marca “Girls Gone Bad”, comparte algunas de sus creaciones elaboradas para lucir los atributos femeninos, que hoy son exhibidas en un par de maniquís: “El proyecto nació en un viaje a Playa del Carmen. Tenía elástico, tiempo y pobreza (se ríe), así que me decidí a utilizar todo eso para crear algo”, me explica la también tallerista en el espacio formativo de “Juá, laboratorio creativo”, para luego agregar que el próximo sábado 16 de diciembre se llevará a cabo el primer BizarreBazar en Xibalba donde también estará exponiendo su accesorios, muy provechosos para los juegos eróticos.

Sobre el escenario revienta palabras la “Fémina Fatal”, rapera ensenadense que radica en la jungla de Tijuana. Esta noche la artista abraza el Hip Hop disparando letras improvisadas con el acompañamiento de DJ Brownsky: “Alto el cuello, arriba las manos, esto es un asesinato / No somos víctimas, no somos héroes, esto no es una película…”. Siendo un proyecto independiente (al igual que la mayoría de las presentaciones de esta noche), Fémina se distingue por manejar un estilo libre y feminista, valiéndose del freestyle para lanzar potentes mensajes de rap combativo y de protesta para acribillar prejuicios.

Fémina Fatal

Mientras escucho a la rapera doy un paneo por la escena, identificando a rostros conocidos: por ahí están los gemelos de The Songraiders, los hermanos Romo de Boreal Magma, los músicos de Envergadura (más tarde llegarán también los de Shamán Bombay), un par de colegas reporteras de El Vigía y El Mexicano, escritores como El Pedro, Hiram Navarro y Natasha Miroslava, y por supuesto una de las responsables de que todos estemos reunidos aquí esta noche: Timna Baltodano, integrante del Palomazo Cósmico, coordinadora de Juá Laboratorio Creativo y al igual que varios entes de esta noche, comunicóloga de corazón.

Me acerco a Timna, quien esta noche padece los pormenores de enfermarse en los momentos más inoportunos, y con garganta seca platicamos sobre lo que implica organizar una juerga como el Cosmic Shit“Primero que nada hay que tener contactos y ver quiénes te pueden apoyar con alguna presentación artística y así armar el programa. En esta ocasión mezclamos poesía, música, danza e incluso tendremos un número de teatro experimental, y pues lo chido es poder ofrecerles algo, una cheve, algo de comida, dar algo a cambio, y para eso tienes que buscar patrocinios”.

Timna, coordinadora de la plataforma Transente, comenta que en este proceso también hay que definir costos, oferta, públicos, diseño y difusión, fechas, espacios, equipo: “El lugar hay que agendarlo con tiempo, checar el sonido (que hoy a pesar del soundcheck hemos tenido fallas) y tener claro tu target, en esta ocasión va dirigido a la bandita loca que requiere de este tipo de espacios para exponer sus proyectos”.

La gestora cultura comparte que siempre hay que enfrentarse a un horror particular: el cambio de planes y cronograma a la última hora. “Luego la gente se echar para atrás, ¡y lo hacen a veces un día antes o el mismo día! Y awebo siempre hay pedos, hoy por ejemplo se me descompuso el carro en la tarde… siempre tienes que analizar los riegos, preguntarte ´¿qué puede salir mal?´ y tener planes de respaldo”.

Sobre el objetivo de juntar a toda la banda en este tipo de eventos, Timna agrega que con ello “mueves la cultura ensenadense, le das espacio a los artistas locales para demostrar su talento (o su falta de jaja), y también le permites a los que van iniciando una empresa o proyecto exhibir su trabajo. La idea también es proponerle algo más al borracho, porque a la gente le gusta salir a pistear y pues de paso que chequen lo que están haciendo los artistas locales, vean qué les gusta y qué no, que haya diversidad de propuestas”.

Le pido un cigarro a la colega, le agradezco sus palabras y prosigo la exploración de las propuestas reunidas hoy en el inframundo. 

Al lado de la ventana que da a la calle primera, en una mesa con velas y flores en una botella, Ammanda “Black”, otra amiga comunicóloga, hace una lectura de cartas del Tarot a una chava de cabello rojizo: “Eres poco ortodoxa, lo comercial no te queda”. No puedo escuchar más porque la lectura es confidencial, como una terapia psicológica personal.

Ammanda “Black”

“Las cartas son instrumentos de reflexión e introspección, la gente ya tiene sus respuestas, yo sólo les ayuda a sacarlas. Además es una buena manera de cotorrear”, me comparte Ammanda, quien agrega que la lectura de cartas viene de familia. “La gente le da sus micro-rituales, las cartas se acomodan y adquieren un significado particular según la posición y el orden”.

Sube al escenario Coset Velázquez, otra comunicóloga (asoma el supuesto de que gran parte de los comunicólogos somos artistas frustrados…), quien esta noche lleva la parca en la cara para darle vida a los “Diálogos con la muerte”. Profiriendo palabras libres a sabiendas de que la vida no vale nada, expresa: “Pensamientos atados, pensamientos que ciegan, víctimas de la vida, ¡libérense, libérate de esta cárcel, de esta reclusión pasajera! Es fácil morir, es fácil morir, solo venimos a soñar, sólo venimos a dormir”.

Deslizando sus pies descalzos, escapando por centímetros del toque de la muerte, la joven arrastra llantos mientras deja caer al suelo una prenda rojiza. Detrás de ella las calacas en el mural del “Harry” reiteran que la muerte está siempre ahí, en cada momento, en cada espacio, esperando paciente.

Sobre una de las mesas blancas del Xibalba reposa una máquina de escribir con la leyenda de “Anita la huerfanita ♥”. Me siento frente a ella pero no consigo escribir nada con ella porque carece de tinta. Converso entonces con una amiga poeta de Tijuana, Natasha Miroslava; entre varios temas hablamos de la “Feminaria Desobedecer”, taller de artes poéticas feministas que está cursando en la Academia Ópalo, un espacio de reflexión y pensamiento interdisciplinario en la ciudad.

Sur y Norte, Moviendo el Son

Empieza la jarana a sonar y el Xibalba se llena de folklor veracruzano, con Nichelle Lares zapateando temblores y ondulando su falda como si la brisa del Golfo de México hubiera venido a visitar el puerto. “Adiós, adiós que te vaya bien”, canta la chava con pandero en mano. En la jarana rasga las cuerdas Antonio Vera, quien junto con Timna es el organizador del evento de esta noche.

El dúo de voces del grupo “Sur y Norte, Moviendo el Son”, quien lleva 1 año llenando de música jarocha el puerto ensenadense, me trae recuerdos de las playas veracruzanas y el café lechero, aquel bello puerto tan parecido al que habito, pero distinguido por una mayor presencia del crimen organizado en la vida cotidiana; bueno, ya ni tan distintos ambos espacios.

“Esto se llama la Iguana”, anuncia el jaranero Antonio Vera, para dar inicio a una canción con referencia a la planta que el 90% de los presentes fuma pero a escondidas porque está prohibida esa flor maligna del mal. “El tiempo no tiene dueño, y el son tiene final”.

Termina el show veracruzano con fuertes aplausos de la banda ensenadense y sube al escenario Hiram Navarro (alias “Ren), hermano de tiempo atrás, diseñador, pintor y poeta, quien declama con potencia sobre la deconstrucción ética y estética, “extrayendo al pálpito el alma candente”.

Hiram Navarro

Entre la desnudez que abre con sus letras el poeta comparte un escrito de nombre “Porque he secumbido”, expresión absoluta que tuve la oportunidad de leer hace unas semanas al participar en la edición del 2do número de la revista estudiantil Apamate, misma que edita el camarada junto con estudiantes de biología, sociología y Ciencias de la Comunicación que colaboran con la Sociedad de Alumnos FCAyS.

Terminada la participación poética sube al escenario una chava que se avienta un par de rolitas folk, versionando Lamento Boliviano y Oye Cantinero en un estilo muy chido. Mientras suena la música converso con el músico, fotógrafo y comunicólogo Josué Domínguez (alias Indigente en Llamas o el Chilango), recordando letras sobre “Las Culturas fracasadas”, un libro que me prestó alguna vez en donde se expone que las posibilidades intelectuales de una sociedad son resultado de lo que cada uno de sus integrantes aporta desde su trinchera. Entre el diálogo mamalón se atraviesan conceptos Baumanianos (el tiempo líquido, la sociedad del miedo) y la búsqueda poética que en su momento todos emprendemos.

El siguiente número está a cargo de Carolina Granado, artista experta en juegar con la mezcla de música y teatro y realizar presentaciones experimentales en laboratorios performáticos de Tijuana. Sorprende que las presentaciones artísticas logren hacer lo suyo a pesar del pobre micrófono, y asombra todavía más la voluntad de los artistas de seguir hasta el final su acto. Tras un par de fallas técnicas con los micrófonos, empieza el show.

Carolina, también integrante del grupo de jazz “Mad Blues”, explora frente al espejo su(s) alterego(s), camina y se adentra en el otro mundo que habla en los ojos que la miran de vuelta. “Yo puedo ver tu reflejo, a veces no quiero entender lo que estoy viendo, no lo quiero ver más, es demasiado…”.

Carolina Granados

Las vibraciones de la guitarra de acompañamiento crean una atmósfera reflexiva mientras la artista multiplica los espejos en los que se mira, declamando que nadie quiere cortar, sólo queremos cortarnadie quiere cortar, incorporando en el proceso coros vocales que se transforman al jugar con las dimensiones y los ecos. “¡Tengo ojos en la espalda y te puedo ver, te puedo ver, reflejada en cada rincón!”. Carolina rompe los límites de la realidad con su voz para extender el trance al público. Concluye el show y se aplaude con entusiasmo el talento.

A la espera del cierre de la noche platico con El Pedro: “Creo que la palabra ´aportar´ tiene que ver con ´abrir una puerta´, con dejarle a alguien una oportunidad de cruzar una puerta, una vía”. Tras unos minutos en los que el Xibalba se llena de bandita rastafari empieza el último número de la noche. Un trueno de tambores hace retumbar la sangre, ¡la danza afroguinenana de Inuali-Fare irrumpe en esta cantina underground de Ensenada!

Las percusiones que engendran los músicos hacen aflorar el lado salvaje de los cuerpos, una armonía explosiva que posesiona brazos y piernas haciéndolos ondular y sacudirse como los ritmos del origen de la vida, reconstruyendo la materia que se mueve, estalla y fluye a tal rapidez que sólo se puede ser.

Tres chavas de faldas coloridas se apropian de las vibras que les disparan directo a la sangre, llevando la tendencia de las extremidades a los límites del balance. La coordinación de músicos y bailarinas es simetría universal, magia pura en la que reaccionan dialécticamente unos con otros, fundiéndose en un ritual que pone a prueba la capacidad de apreciación estética.

La rapidez de las manos de los músicos embonan perfectamente en cada giro, salto, figura que desprenden las bailarinas: cada danzante conecta y afirma la orquesta de percusiones a las que estas letras no les hacen justicia.

Remolinos de fuego salen del eco de las cavernas para ser acompañados por un canto ininteligible pero en extremo sensible. Uno de los bateristas se acerca a Karime L. Barreiro —profunda conocedora de la danza africana y su fuerza espiritual-corporal, creadora de Silencio Africano Art Mandingue— y la invita a erupcionar; ella acepta el reto y demuestra la potencia que posibilita la danza que se baila con pasión inagotable.

Absorber el regalo de esta danza es como beber de una cascada infinita. La última canción extiende el hechizo sobre el público, multiplicando la cantidad de piernas que destruyen los miedos, la angustia, la certeza de que tarde o temprano la vida se acaba: el manifiesto de esta noche es que la danza, la música, el arte, por momentos, logran vencer la muerte. Culmina el show, el Cosmic Shit, y la fiesta de la vida sigue.

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