Redacción por Iván Gutiérrez
Fotos: cortesía
Desde los 50 grados ardientes del sur de Veracruz llega este jueves 30 de octubre a Ensenada la sabrosa fusión de Los Choclok, banda que mezcla de forma única reggae, jazz, ska, música folclórica y rock. Visitando por tercera vez el puerto, ahora bajo su gira “Quince Tour” —en celebración de los 15 años de su música—, esta Big Band mexicana armará la fiesta en La Capilla.
Aprovechando la vuelta, tuvimos la oportunidad de conversar con Jacobo José Grajales, voz principal de la agrupación, platicando sobre su nuevo EP “Quince” y la visión que esta icónica banda de la escena mexicana independiente tiene sobre la música.
Iván: Se sabe que en Veracruz hay mucho músico talentoso, ¿a qué creen que se deba eso?
Jacobo: Nos encontramos en el Istmo de Tehuantepec, donde es común que convergen culturas de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz, es un lugar muy rico en aspectos culturales, hay mucha gente que está haciendo no solo música sino arte en muchas manifestaciones, es algo que he visto siempre desde chico, y bueno es un pro y un contra, un contra porque nos acostumbramos a ello y luego al arte no le damos el valor que tiene, pero eso mismo hace que mucha flota se involucre en la creación artística.
I: Tengo entendido que Choclok busca este balance entre rescatar la música tradicional y nuevas tendencias, ¿cierto?
J: Aunado a lo anterior, siempre ha estado presente la música tradicional en el sur de Veracruz, como el Son Jarocho, pero también polkas, música tradicional oaxaqueña, la música de marimba de Chiapas, siempre ha estado presente lo tradicional. Al mismo tiempo, con el avance tecnológico, empezamos a descargar y escuchar música de otros lados, y eso hizo que tuviéramos curiosidad de ver cómo era el ska, el reggae, la cumbia de otros lados.
Cuando empezamos a tomar las cosas en serio, haciendo música para otras personas y no solo para nosotros, iba intrínseco el son jarocho, porque la melodía, las cosas de las que hablamos, las formas de hacer la rima, vienen de ahí, pero empezamos a estudiar otros géneros; la mitad del grupo estudió jazz, y se empezó a experimentar con el funk, el blues, el jazz.

Ahora somos 12 integrantes y no dejamos la chamba a uno o dos, sino que todos participamos. Se empieza una canción en forma de reggae y termina siendo una cumbia experimental, y bueno ahora tenemos más influencias que nunca, ya que hay miembros que vienen de otros estados, Pablo de Oaxaca, David de Hidalgo, Aldo de Chihuahua… los Choclok ya es algo que se nutre de otras culturas de México.
I: Los Choclok tienen un mensaje muy claro de resistencia en varias de sus letras, ¿cómo perciben esta conexión entre música y resistencia?
J: Creemos que es muy importante. Con el paso del tiempo te das cuenta que cada músico, en lo que hace, busca cosas diferentes. Nosotros como músicos, todos de forma colectiva (aunque tenemos nuestras diferencias), sostenemos esto de decir lo que pensamos. El hecho de que tengamos la oportunidad de hacer música, nos entrega esta satisfacción de decir lo que se quiere. Muchas veces la música trata de mercantilizarse y solo habla del amor y desamor, y está bien, pero hay muchas formas de hablar de eso, y desde ahí empezamos a trabajar esa protesta interna, que es algo más personal, y al mismo tiempo no quedarnos callados con las cosas que vemos.
Ha sido muy interesante, porque nosotros, siendo del sur de Veracruz, aún siendo mexicanos, vemos las cosas de diferente forma a, por ejemplo, los de acá de Ensenada, porque la geografía, la cultura y la sociedad son distintas, pero es muy padre cuando escribes algo desde el sur y de repente lo interpreta alguien más en el norte y lo apropia, eso es algo que a nosotros nos gusta bastante. No tenemos problema con decir las cosas que a muchos no les gusta decir, quizás eso no nos ponga en el radar de mucha música comercial, pero sabemos lo que queremos: reflejar cómo es la vida en este lado. Antes ni siquiera estábamos en el mapa, ahora ver que hay gente que se aprende el nombre de nuestro pueblo por nuestras canciones nos motiva bastante.

I: Platícanos de su entrega más reciente, “Quince”, ¿cómo han visto la recepción de este EP entre el público?
J: La gente ha abrazado mucho “Quince”, un álbum que sacamos en celebración de quince años de los Choclok, es un disco que significa mucho para nosotros. Desde el Ariles (2023) hasta el nuevo EP ha sido un trabajo muy importante, porque tuvimos una evolución, desde el Sonido Místico (2015), no solo en la música y en cómo grabamos y lo que decimos, sino en el show en vivo, porque es un juego de emociones, nos vamos desde estar tristes hasta tener ganas de bailar, motivados, ganas de romperle en la madre a alguien, es un regalo que hicimos para nuestra gente que nos sigue desde hace tanto tiempo.
I: Cuéntenos de este “Quince Tour”, ¿por dónde han estado y por dónde más estarán?
J: Fue algo muy espontáneo, acabamos de presentar Ariles y dijimos bueno vamos a cumplir 15 años, en ese momento quizás no dimensionas tanto tiempo, pero ya que nos pusimos a pensar en todo lo que ha transcurrido, decidimos que la gente merecería un regalo de nosotros, porque son 15 años de que la gente nos ha apoyado, entonces fue muy rápido y orgánico, hicimos algo que tuviera la esencia desde los inicios, como los frutos que nos ha dado todo este tiempo, y al mismo tiempo la evolución de la banda. Al empezar a hacer shows fue como traer esa nostalgia de lo recorrido en 15 años, juntando el inicio con lo nuevo.
Y bueno ahora vamos a entrar al estudio para finales de noviembre, vamos a empezar a grabar un nuevo álbum, con varias colaboraciones, tanto canciones viejitas como canciones nuevas, vamos a seguir trabajando. Nos faltan 4 estados de la república para tenerla toda recorrida, nos faltan esos lugares y queremos visitarlos; también tenemos invitaciones para Europa y para Sudamérica, ¡así que a seguirle!
