Fotos y redacción por Hiram Navarro
El archivo contiene distintos apartados y archivos de evidencia, léase de corrido, salteado o haga lo que quiera. “Es un poco larga, pero ahí va...": 
A-02-BDOG 01: LA SEÑAL Y EL MITO.
Aún tengo secuelas tras los alaridos metálicos, las luces que me comprometieron y los misterios que se revelaron conforme avanzó el siniestro...
hTodo comenzó al escuchar una señal punzante y espeluznante en mi celular. Ese sonido alucinante lleno de oscilaciones y notas agudas sobrenaturales no dejó de orbitar mi cabeza por un bueeen rato. No hubo duda: esas ondulaciones provenían de otro mundo…
De inmediato quise saber de qué se trataba y me comuniqué con quienes aseguraban una abducción extraterrestre programada entre ceremonias oscuras. Mandé mensaje al BlackDog Venue, solicitando invitación para hacer cobertura fotográfica.
El sonido en cuestión:
Al confirmar mi asistencia decidí moderarme, no asistir al ritual alcohólico del día anterior, no fumar mota y limitarme al festejo estelar: el descenso de Orion Rise para el segundo aniversario del Perro Negro.
Buscaba estar en las mejores condiciones, pues las frecuencias que recibía por las noches dentro de mi cráneo en mi infancia dejarían de catalogarse como alucinaciones auditivas si conseguía evidencia fotográfica. Esa noche sólo estuve intoxicado por la deprivación del sueño habitual y unos cuantos cigarrillos que sobraron de la semana pasada.
18 DE OCTUBRE DE 2025 20:47
Llegando al sitio el vocalista/guitarrista de Tyrian, me asegura que su presentación sería distinta, después de un hiato de alrededor de 6 meses. Advierte que será más performático, ya que José El Sater Moreno volvió –como guiño al primer episodio en la vida de Tyrian– y así podría dedicarse sólo a su voz; no tenía idea que la noche frunciría nuestras realidades.
La ansiedad de otros participantes se siente en el viento que se sabe seco, como si los relámpagos se aproximaran, me da una tranquilidad extraña saber que no soy sólo yo el intranquilo… Se verbalizan las emociones entre los asistentes, con incertidumbre e ilusión…
A-02-BDOG 02: EL DESCENSO.
NEGATIVE WILL, HONOR & BLOOD, TYRIAN y unos Brujos Extranjeros: MYTHRAEUM.




No repararé en profundizar con las primeras bandas en este apartado, sólo mencionaré cómo se comparaban con pollos rostizados abrazados por fuego en el escenario cual vitrina, mientras el público se mantenía inmóvil y “voyerista”. La corta duración de sus presentaciones fue una lástima ya que tanto Negative Will como Honor & Blood con sus rugidos colmados de energía y densidad pudieron orquestar un gran evento como protagonistas. No fue su momento… Que vuelvan pronto.




Mi compañera periodista, el Agente C no ha llegado aún. Después de mis primeros disparos sin iluminación asistida, como declaración estética –y para no perturbar los rituales oscuros o ahuyentar a los humanoides–, decido no usar flash. Sería una falta de respeto andar lampareando… a mi ver.

Como si fuera un presagio de magia oscura u horror cósmico, Airam -el vocalista de Tyrian-, comenzó a sentir alteraciones y malestares que lo obligaron a bajar del escenario tras la primera canción. Entre sus ademanes y gestos de incomodidad alcancé a escuchar:
–Me voy a bajar.
Un poco desconcertado mientras miraba desvanecerse entre las sombras a Airam, Jaziel se disculpa por el micrófono tomando las riendas de la alineación poseyendo al micrófono, sabiéndose vocalista y guitarrista simultáneamente.



No sé si los malestares del Ram habrán sido por las perturbaciones que ya se sentían en la atmosfera como advertencia del contacto alienígena o como sacrificio para el ritual que se avecinaba, pero todo ya se sentía distinto: electrificante y abrumador…

Dos letreros de madera con runas inscritas se postraron justo a un costado de las llamaradas que estuvieron a punto de incinerarme las extremidades en distintas ocasiones por estar trepado en los límites del escenario. No pudo importarme menos el riesgo de caerme al improvisar una plataforma, después de todo fui ahí a tomar buenas fotos y por el morbo de escuchar en vivo los alucinantes sonidos alienígenas, por supuesto… Entre las runas aparecieron cuatro figuras imponentes, demacradas con sus rostros pálidos facciones derretidas como si de cadáveres se tratara, ropas desgarradas y una presencia en el escenario agresiva como si fueran hechiceros de guerra invocando fuerzas de otros planos.

Mythraeum logró hacerme parte del trance, recién había comido una manzana que por suerte me dio suficiente energía para resistir el cansancio corporal. Terminé –a través de mis cristales– siguiendo los movimientos de sus cabelleras, la crudeza de sus gritos y los comandos que exhalaban cual comandantes de la obscuridad. La repetición de los rasgueos y explosiones nos envolvieron a todos. Sin duda alguna el propósito de esa ceremonia violenta no fue sólo un espectáculo de simbología estética, sino para convocar a unas criaturas aún más intimidantes que los emisarios del infierno, pues confirmaríamos que los visitantes, efectivamente, no provienen de este planeta…





Se despiden con una reverencia elegante cual hechiceros, esforzándose por hablarnos en español.


A-02-BDOG 03: CONTACTO.
Después de una pausa me aproximo a salida que parece un túnel dimensional, entre toda la gente que se apelmaza para el avistamiento. Ahí me encuentro con el Agente C presentándose como “la anti-cenicienta” que no llega tarde, llega justo a tiempo, como siempre…
Terminando los cigarrillos que compartimos atravesamos el portal, ahora con el pulso alterado por el tabaco, el entorno lleno de dióxido de carbono por el humo, y las respiraciones impacientes de la masa de carne.
1 : 1 1 AM
Me despido de mi compañera, pues quiero estar en primera fila antes de la abducción.
Unos destellos incandescentes y lisérgicos transforman la iluminación a una tonalidad verduzca entre la profunda obscuridad, ignoro por completo el daño que los láseres pueden ocasionar al sensor de mi cámara y la enciendo para comenzar a disparar. Solo pueden verse siluetas con movimientos siniestros.

Se escucha un retumbar en el suelo con un llamado contundente entre la penumbra:
–Nosotros somos Orion Rise... ¡LA ABDUCCIÓN HA COMENZADO!

Es lo único que recuerdo conmocionado con la llegada de las criaturas, sus intenciones no dejan de ser confusas, pero su dicción y coherencia transmiten una tranquilidad inquietante, aunque no puedo estar seguro de lo que dijeron en realidad, es como si se comunicaran telepáticamente, sólo sé que eso trataron de decir.

Sus rostros –si así se les puede llamar– son una combinación de leyendas urbanas como de La mano peluda o Creepypastas. Ojos gigantes como si de grises se tratara, piel rugosa y grotesca con extremidades humanoides y figuras como códices tribales fluorescentes recorren de sus garras a su tronco, puedo distinguir un símbolo común entre ellos, como si fuera un emblema, o un conjuro. En una ocasión El Embajador de los alienígenas me voltea a ver girando parte de su cuerpo mientras se mantiene encobado… Fue como mirar al Chupacabras directamente a los ojos.

Creo que nunca abandoné el trance maligno del espectáculo anterior, los rayos y destellos no me permiten tomar fotos, tengo que reconfigurar la cámara y disparar a discreción; las anotaciones que tenía en una servilleta ya no me sirven más.

Las frecuencias subsónicas invaden mi cuerpo y no sólo se les puede escuchar… se sienten, te absuelven… Y con la furia de sus aparatos nos elevan como si quisieran raptarnos hacia sus vehículos espaciales; entre gritos y chillidos, es como si sus entrañas hablaran; una regurgitación psíquica. Es difícil describir su sonido, pues además de lo estruendoso pero melódico que resulta, el clímax de sus cánticos sólo puede clasificarse como alienígena, sintético, biológico-tecnológico y fantasmal, simultaneamente. No sé si los objetos que portan son instrumentos musicales o armas de plasma, es una especie de conjuro galáctico. La geometría del sonido empata con el espectáculo lumínico, que dibuja y plasma lo inmaterial de los gases en portales flotantes. No sabía sí dejarme abducir por completo… o continuar con mi registro.

Tras toda una surreal muestra de su presencia, el público alucinaba con preguntas y exigencias hacia los no-terrícolas, que nos “incluyeron” dentro de su tripulación -según sus mismas palabras. Nos informaron además que provienen de Saturno y nos halagaron diciendo que viajaron miles de millones de kilómetros sólo para presentarse ante nosotros. Se les demandó a gritos hablarnos en su idioma:
–¿¡En qué idioma hablan!? –exigió un pueblerino impaciente, petulante y audaz.
–¿Quieren que les hablemos en nuestro idioma? –pregunta el heraldo viajero, con su voz grave y rasposa.
–¡¡¡Sí!!! –respondió la horda (con cervezas en mano en vez de antorchas y tridentes).
–$&&@6″?€!!£6¥^><6#^*¡ –replica en su lengua, visceral y guturalmente (mientras aseguraban que ese era el nombre de su dialecto, y que así nos hablarían a partir de ese momento). No continuaron su espectáculo sin antes hacer shout-out a “La Princesa Alienígena”, quien se encargaba de programar la luminaria plasmática, y resultaría ser la esposa del heraldo al que lograría entrevistar después…

Un sujeto poseído desde la ceremonia pasada estuvo a punto de golpearme –podría asegurar que su joyería fue lo que rayó el filtro CPL de mi cámara.

Entre salpicaduras de fluidos desconocidos expulsados por El Embajador y el ardor de las llamaradas en el escenario, me mantengo firme al borde del templete para capturar de cerca los movimientos de los viajeros interplanetarios. Me he preparado por años para estos momentos tomando fotografías espectrales del aura de las personas y algunas otras criaturas terrestres. Pudo sentirse como si toda la tierra se sacudiera por un momento, las vibraciones en el suelo, el ambiente estrambótico y los destellos te mantienen en una especie de hedonismo morboso donde lo inquietante es atractivo y el miedo te quiebra el instinto de supervivencia…

He agotado mis baterías, por suerte cargo un repuesto, a diferencia de la energía de mi cuerpo…
Poco antes de concluir, nos conceden el ritual de la tocar una última pieza como es habitual en los conciertos humanos. Culminarían con Delirio, la más icónica de sus composiciones, donde los orionitas nos advierten sobre consipiraciones paranóicas de orden mundial “terrícola”. He descubierto que de ahí provenían esos sonidos desquiciados que llamaron mi atención desde el principio.

Todo el frenesí se disipa después que los láseres cesan. Los aplausos de la gente me hacen saber que ha terminado el show, pero no es el fin para mí, aún tengo un par de cosas pendientes en mi itinerario… Antes de bajar del escenario la tripulación se despide. y proceden a tomarse una foto de recuerdo junto a Ángel. Han resultado ser bastante cordiales y educados estos seres, a pesar de inquietarnos y reventar nuestras fibras con sus exóticas composiciones.

A-02-BDOG 04: LA ENTREVISTA.
Agitado, al terminar, espero a que se esfume un poco la gente que naturalmente se amontona para interactuar con los visitantes Saturnianos. Atónitos, yo y el Agente C, comentamos sobre lo que nos pareció esta experiencia interestelar: elaboramos teorías sobre la naturaleza y origen de su sonido, pero antes de seguir especulando, me aproximo a uno de los tripulantes (que mantenía un intermedio entre su forma humana y extraterrestre), para resolver nuestras dudas, agradecer, y con suerte mantener el contacto:
–¿Qué pedo Alienígena? –le cuestiono amistosamente mientras me preparo para hacer un saludo universal, el DAP (Dignity & Proud).
Mi saludo es bien recibido, compartimos algunas palabras, y para mi sorpresa, a pesar del ajetreo, responde con curiosidad a mis intenciones de networkear; me detiene antes de marcharme, y continuamos con la charla afuera del recinto, pese a las demandas que tenía de sus con-planetarios.
Intercambiamos experiencias sobre conocer nuevos pueblos y viajar por la música. Resulta que el motivo de sus viajes espaciales es artístico y de divulgación como una antropología a la inversa (?): una alienología. Parece ser que su mensaje pretende promover el concepto alienígena junto con señales sobre situaciones humanas que no terminamos de asimilar aún.
–A todos nos gustan nos aliens, ¿verdad?
–¡Sí! –al unísono respondieron todos.
–Va.
Así es como el Vains me explica que inició su concepto. Una vez definido el curso que tomaría se dedicaron a buscar el sonido que los definiría. Le pregunté cómo consiguieron ese sonido, si habrá sido algún accidente, algo incidental o más bien lo construyeron. Nuestro amistoso con-sistemático vocifera que lo fueron desarrollando y lograron su sonido a través de distintos sintetizadores; poseen unos pedales que les permiten emular las frecuencias que ya diseñaron con otros aparatos.

Aseguran tocar metal alienígena, aunque no se encasillan en ningún subgénero, mientras afirman que oscilan en un abanico diverso que puede ir desde thrash a slamming y variedad de subgéneros hiper-específicos que les encantan a los metaleros.
Nos confieza, además, que el proyecto es relativamente nuevo. Anteriormente ya existía Orion Rise, sin embargo sólo de nombre. A lo que escuché ese mismo día antes de la abducción, sus letras hablaban de una especie de ambientalismo agresivo y un poco de filosofía humana en general. Ellos adoptaron el nombre consensuadamente y pusieron sus cerebros galácticos a trabajar.
Fungiendo como representante terrícola, quise mostrarle un poco de las artes humanas y le desplegué un conjuro de cartas y sigilos para mantenernos en contacto. Nos despedimos con un abrazo, deseándonos bendiciones y esperando volvernos a ver pronto.
-Si les gustó, corran la voz- Insistió.
Busco cumplir parte de ese pacto interplanetario compartiendo mi experiencia por este medio. Ahora saben que la tripulación de Orion Rise, está planeando proximas abducciones…
A-02-BDOG 04: EL REGRESO, ¿!JAIME DUENDE ERES TÚ?!
Para mi fortuna lo inaudito y extravagante no terminó con la despedida: Me despedí de los conocidos y nuevas amistades. El Agente C y yo nos dispusimos a cenar unos tacos para reponernos de la hecatombe musical (en el mejor de los sentidos), no sin antes fumarnos juntos el penúltimo cigarrillo de la noche.
El camino fue frio, desolado, pero acogedor. Llegamos a los tacos, no supimos si seguíamos aturdidos por la abducción o por la motocicleta al quitarnos nuestros cascos.
Realizamos nuestra orden, me percaté que el suadero estaba un poco pasado, conozco a mi estómago y no quise hacerla de pedo, después de todo gracias a la gira con Velical mi microbiota está bien entrenada para estos casos…
En un momento de charlas cotidianas con una dispersión casi postraumática veo un grupo de gente tomándose fotografías.
–¡¡Es Facundo?? –le pregunto a mi compañera que confundida no sabe qué responder.
Después de titubear unos momentos, nos levantamos de la mesa para pedirle una foto.
–Disculpa, no me gusta ser esa persona –exclamo ante el mismísimo Jaime Duende.
–Ah… no hay pedo, ya terminé de comer -replica Facundo con su característico acento chilango, mientras su semblante cansado dice lo opuesto.
–Gran influencia –agrega el Agente C.
–Espero no haberlos traumado tanto –se despide Facundo sin mirar atrás…

Tras terminar nuestra comida comento lo del suadero en descomposición a la cajera, el dueño escuchó, y decidieron no cobrarme ese taco. No podría estar más satisfecho con ese gesto, esa noche no fue para quejas… tampoco para dormir; pues no terminaría de procesar todo lo ocurrido hasta algunos días después, si no es que cosas extrañas siguen sucediendo…
Epílogo(s), anexos y datos curiosos.
¡Las fotos de Orion Rise desaparecieron! 
Daba la sensación que en realidad hubo una perturbación electromagnética, ya que unos días después cuando me dispuse a revelar las fotos, justamente las que correspondían a Orion Rise no se encontraban en la memoria…  
Cambié a Windows para jugarle al Hackerman y resulta que por algún motivo se habían borrado, pero se encontraban en una carpeta oculta llamada “. Trashes”, tal vez sea una cuestión de formatos, pero nunca me había pasado algo así. Una parte de mi cree que los láseres o tal vez, lo aún más insólito de la noche (que fue encontrarnos a Jaime Duende), es lo que ocasionó esa anomalía informática… 
Negative Will y Honor & Blood.
La frustración del vocalista de NW tras la apatía de la raza fue muy evidente. Desconozco los motivos por los que tocaron tan poco tiempo. Acá en Ensenada somos muy impuntuales y a fin de cuentas pueblerinos, algo apáticos. Aún requerimos paciencia como sociedad y espero que no afecte mucho en el regresar de distintos artistas que vienen por primera vez o vienen poco para acá. Como mencioné antes, es una lástima que los escucháramos tan poco tiempo, pues transmitían bastante: bien potentes y malignos.
En cuanto a H&B fue un caso similar, aunque con más tiempecillo y con la raza más prendida pudo haber un poco más de movimiento y buena recepción. Ya entrada la noche hubo más gente, que apropósito el inicio del festejo comenzó un día antes –y a lo que escuché del wey de Iron Dicks–, se pusieron hasta el culo y algunos terminaron banqueteando como a las 5 de la mañana; se rumora que por eso se redujo la asistencia.Ni modo.  
En todo caso se disfrutó un poco más ese segundo performance. La rabia y teatralidad que proyectaba Aolanis (el vocalista de H&B), era inquietante como admirable. Definitivamente en TJ se vive distinto. ¿Quién esperaría que ese man es un presentador de perfumes? Jaja, está suave, y puedo percibir un buen sentido del humor y astucia de su parte, además de ser muy gentil al trato. Espero en otras circunstancias poder cotorrear con él y con los de NW; José fue muy amigable y atento también, será un gran dentista. 
TYRIAN y su(s) sacrificio(s).
A pesar de que la alineación terminara mutilada por el misterio, fue una buena tocada. Con elegancia y maestría, que sin duda tuvo algo que ver con la contribución del Sater pues ese man desde la prepa es un buen guitarrista y artista en general. Me hubiera gustado ver lo que me dijo Airam –mientras pisteaba de su café–, pues se notaba entusiasmado. Será en otra ocasión.
Tyrian siempre se caracteriza por su refinamiento, que podría rozar en lo mamador, pero nel, esos weyes están entre generaciones, promueven rupturas, son TRVE más que por puristas porque son consecuentes con lo que hacen. Inclusive las profesiones de cada uno de ellos coinciden con lo que uno esperaría de un modus vivendi de un metalero funcional.
Bien me comentaba Ángel unos días después que siendo el anfitrión (dueño o socio, la neta no sé, le pregunto luego) les ha cagado el palo a la raza que busca segregación:
–Ni modo que no juntemos 200 metaleros en Ensenada… –me dice más o menos, refiriéndose a que la escena debe apoyarse entre sí, en vez de seguir discursos pendejos de rivalidades entre subgéneros o por cuestiones estéticas. Me da gusto que toda la wea haya mejorado desde que iba en la prepa y me metí en ese mundo.
Imagino a estos vatos ya bien rucos tocando aún. Estaría suave que sigan dando el ejemplo.
Reflexiones sobre las tocadas de metal en Ensenada.
Anteriormente las tocadas se hacían en talleres mecánicos abandonados o hasta debajo de puentes. Ahora resulta que los venues pueden ser portales que alojarán temporalmente entidades interdimencionales.
A los de mi generación nos tocaron apedreadas de cholos, correteadas con la policía, raza fumando inciensos en cuartos destinados para fumar mota (y como cuartos de ensayo), robos, chismes y putizas; pura malilla. Ahora ya está todo más sofisticado y “fácil”.
Me agrada ver que se apoye más la escena metalera, pues a fin de cuentas se trata de arte en la mayoría de los casos. Ya no me siento incómodo dentro de ese mundo –del cual me aparte por años–, ahora parece ser algo más maduro, donde uno puede desenvolverse, e intoxicarse y recrearse más relajadamente, ya sea por sustancias o por el simple goce de apreciar novedosas y divertidas propuestas salidas de los universos interpersonales de los disidentes.
Hiram Navarro
Artista Multidisciplinario
IG: @_librodearena
