Centro Cultural Casa de la Abuela: baluarte del rock y la contracultura en Xico

Por Polo Bautista

Fotos cortesía del Centro Cultural Casa de la Abuela y Walter Palmeros

Walter Palmeros Hernández es un férreo propulsor y difusor del rocanrol dentro de las paradisíacas tierras veracruzanas. Su gusto por el rock urbano y el punk lo hicieron probarse ante los micrófonos como un feroz vocalista, aunque actualmente coordina y programa la agenda musical del Centro Cultural Casa de la Abuela (CCCA), ubicado en la localidad de Xico. Dicho foro, fruto del esfuerzo y la dedicación del arqueólogo Antonio Lara, congrega y resguarda desde la periferia todo lo relacionado con la contracultura y los géneros afines al rocanrol. Mediante las palabras y experiencias de Palmeros, nos adentramos en parte de su historia, sus personajes y los importantes conciertos que prepara para los siguientes meses -por mencionar, el agendado en noviembre con la participación estelar de Octopulpe-, entre muchos otros temas. 

Polo: Desde que tuvimos el gusto de conocernos en Xalapa, supe enseguida que eres un auténtico roquero, pero cuéntame más acerca de ti y de tu trayectoria. 

Walter: Comencé en esto de la música por coincidencia, porque yo no soy músico. Sí me gusta el ámbito, pero realmente me inicié para darle continuidad al rock, aportarle algo a la contracultura y al mismo tiempo difundirla. Así fue como terminé aquí. Yo nací en Córdoba, Veracruz, pero radico en Xalapa desde hace cuarenta y tres años y poco tiempo atrás llegué a la localidad aledaña de Xico, específicamente al CCCA o simplemente Casa de la Abuela. Participé en una banda xalapeña de speed metal punk llamada Veneno para Ratas. Eso tiene unos diez años aproximadamente y después nos bajamos del templete debido a situaciones personales. Actualmente me encuentro apoyando a mi amigo Antonio Rafael Lara Bueno, arqueólogo y dueño del CCCA, para que los eventos como el recién efectuado en Xalapa, con el cantautor cachanilla Juan Cirerol, lleguen más lejos y se descentralice la oferta musical.

P: ¿Qué me puedes decir acerca de Veneno para Ratas? ¿Cuál fue tu participación en esa banda?

W: A mí me tocaba el departamento de ladridos. Por ahí de 2014, debutamos en Casa de la Abuela, aunque originalmente yo tenía que atender la barra. Sin embargo, para llenar el cartel musical de esa semana le pedí a un camarada que me ayudara. Yo sabía que él tenía una banda, entonces tocamos esas noches y de ahí para el Real. Poco a poco fuimos abriendo nuestro camino y compartimos escenario con otros grupos punks como Los Heellmaistroz, Ratus, Finlandeses, Cagada de Perro, etcétera. Este último es un conjunto de hardcore oriundo de CDMX. Veneno para Ratas estaba conformado por el maestro Juan Manuel Sánchez (bajo), Vinnie Ebanz Díaz (guitarrista y compositor) y Eduardo Sosa (batería). 

P: ¿Qué es la Casa de la Abuela? 

W: Lo abrió mi amigo Lara como un pequeño refugio para el rocanrol, aquí en su comunidad. Reza el dicho: “pueblo chico, infierno grande”. Por lo que ya te imaginarás que es un trabajo bastante arduo mantener el estandarte del rocanrol y sus derivados en una tierra que está acostumbrada a otro tipo de música. Al inicio el gusto por el rocanrol fue netamente rock urbano. Nos ha visitado el cantante de Banda Bostik, David Lerma “El Guadaña”; también Antonio Lira, voz y fundador de Liran’ Roll; el hoy finado Charly Montana, quien convivió con la gente. Pero a raíz de que le entramos a la administración, por decirlo de alguna manera, fue que nos preocupamos por traer otros derivados del rocanrol y progresivamente hemos invitado a más personajes, como fue el caso de Cirerol. 

P: ¿Cuándo y cómo surgió Casa de la Abuela? 

W: Fecha exacta de inauguración no tiene, pero existe desde 1997 o 1998. Se ubica en la calle Juárez 34, de Xico, Veracruz. Al arqueólogo Lara le heredaron justamente la casa de su abuela. De ahí el nombre. Entonces, él decidió abrir un espacio seguro para la convivencia de sus amigos y la suya, pero una cosa llevó a la otra y al presente se celebran en este foro talleres de música tradicional, también vienen cuentacuentos e inclusive se realizan comuniones para la gente del pueblo. De igual forma es el hogar de ensayo de tres proyectos musicales diferentes: La Diosa Verde (heavy metal), Primitivos Blues (blues) y El Proyecto X (covers). Estas son las propuestas de Casa de la Abuela y Xico. Las más aceptadas por la pandilla. 

P: ¿Cómo te vinculaste con este proyecto? 

W: Yo llegué a Casa de la Abuela porque conocí al arqueólogo Lara en la Universidad de Xalapa. Estudié en la Facultad de Humanidades e Historia, pero por amistades y coincidencias dentro de la escuela, muchos nos conocimos en los pasillos y otros tantos en las famosas palapas. Nuestra amistad se dio como por generación espontánea y se mantiene hasta hoy. Otros camaradas los conocimos en la preparatoria, tal como sucedió con el arqueólogo Cristian Landa Sánchez, quien desafortunadamente fue encontrado sin vida hace un año en Tabasco, mientras levantaba unas encuestas junto a otros compañeros.

Así fue como Toño Lara, nos invitó directamente tanto a Cristian como a tu servidor y formamos parte del colectivo. Esto debido a que Toño es músico tradicional, más precisamente violinista y maestro en la escuela Cuicacalli, del educador Chino Gómez, la cual se dedica a la conservación de la música tradicional. Entonces pasó el tiempo, me quedé y hace seis años me establecí mejor, ya como como dueño de la agenda y llevando la administración. Todo esto mientras intentamos mantener el proyecto como un centro cultural, abierto y libre. Así seguimos desarrollando el trabajo de mi amigo Toño. 

P: Supongo que Casa de la Abuela es autogestiva y ustedes administran sus recursos y medios ¿es correcto? 

W: Acertaste. Nosotros trabajamos de manera totalmente independiente. Los amigos que vienen, a los que cariñosamente llamamos “los nietos de Casa de la Abuela”, se han encargado durante años de sostener el espacio: cambiar tablones, acomodar tejas, etcétera. Ha sido un trabajo colectivo. Mediante los eventos y una pequeña cocina y barra, nos ayudamos económicamente para mantener el espacio. Así funciona, sin otro apoyo más que el propio. En el momento que meten las manos otros tipos de intereses el panorama cambia y se institucionaliza. La cosa no va por ahí, aunque sabemos perfectamente que debemos buscar la parte monetaria para seguirnos moviendo, pero no nos fijamos mucho en eso. 

P: ¿Quiénes integran actualmente Casa de la Abuela y qué actividades se encuentran desarrollando? 

W: Somos varios. La mayoría de los que vienen son albañiles, plomeros, carpinteros y demás. Es decir, la banda o las amistades de mi compañero Toño, quienes lo ayudan. Somos aproximadamente unas quince o veinte personas y cada quien aporta lo que tiene o puede. Con respecto a las actividades los conciertos son en estos momentos nuestros eventos más fuertes, pero si hay estudiantes que requieren de internet para realizar sus tareas se los facilitamos. También estamos intentando abrirnos a cuestiones más educativas e infantiles. Ahorita tenemos un proyecto con el ilustrador Donaldo Real, alias Juan Ranas, oriundo del poblado de La Mancha, para realizar posiblemente en octubre una convención o exposición de ilustradores infantiles. 

P: ¿Qué otros planes tienen para los siguientes meses? 

W: El quince de septiembre vienen a Casa de la Abuela los cantautores Didier Camargo (CDMX), Cayovago (Cuernavaca) y Marcos Olvera (Xalapa). Esa presentación servirá como preámbulo para el evento de noviembre y al mismo tiempo de noche mexicana. Sus estilos discurren entre Rockdrigo González y Johnny Cash. Los tres son muy buenos. El dos de octubre también en Casa de la Abuela, conmemoraremos a nuestro amigo Cristian, ya que nos lo quitaron por esas fechas, pero del año pasado. Esa noche será más punk, roquera y ruidosa.

Finalmente el primero, dos y tres de noviembre nos visitará por primera vez el baterista galo-surcoreano Jean Philippe, mejor conocido como Octopulpe, con su proyecto de música y visuales hardcore punk. Para esos eventos planeados en Veracruz, Xalapa y Orizaba nos gustaría organizar un pequeño rave con zona de camping, pero ya veremos. 

P: ¿Cómo fue el acercamiento con Octopulpe? 

W: Esa es otra parte de la historia, un tanto más personal. Como punk siempre he tratado de organizar eventos lo más económicamente posibles; por tanto, busco el trato directo con las bandas. Algunas veces he tenido buena fortuna y otras no, pero precisamente debido a ese trabajo fue que pude mantener varias puertas abiertas. Por ejemplo, la amistad que sostengo con algunos miembros del grupo Los Aguas Aguas; asimismo, trabajé con el sello capitalino Bam Bam Records y en otra ocasión una persona dentro de OCESA, me contactó con Los Gatos.

Para esta última fecha, preguntando y preguntando, di con Juan Cirerol. Cuando este último se fue a los días recibí un mensaje, porque ya había interés de traer al Octopulpe a Veracruz, y fue Juan quien nos recomendó directamente como crew, porque le gustó la atención brindada a su persona y a su equipo, la forma en cómo resolvimos cada uno de los inconvenientes. Entonces, ni modo de quedar mal. Así fue que nos contactó desde Arizona, la gente de Ponchado Records y ahorita estamos trabajando para que todo salga bien. 

P: Asumo que para fines de este año o comienzos del siguiente se avecinan otros eventos importantes ¿es correcto? 

W: Claro, pero primero deben resolverse las fechas que tenemos pendientes. Hay trenes que solo pasan una vez en la vida y este es uno de esos. Yo espero que le agrade a la productora de Jean Philippe. Queremos hacer eventos de calidad para Casa de la Abuela. 

P: ¿Qué expectativas tienen para la fiesta de noviembre? 

W: Que cada una de las personas que nos acompañe se divierta y tenga la oportunidad de conocer otras propuestas y no nos encasillemos en un solo género. Esa es nuestra principal meta. Que se acabe esa división entre el mismo rocanrol. No es una mera cuestión económica. Con que una, dos o tres personas nos acompañen, para nosotros es más que suficiente. También buscamos la descentralización de la contracultura. Ya llevamos a un pueblito fuera de Xalapa, tanto rock, punk, norteño y próximamente algo de speed con Octopulpe. Por esa parte: misión cumplida. 

P: ¿Quieres agregar algo más? 

W: Sí. Independientemente de que toda esta labor es comunitaria, también forma parte del trabajo de vida de nuestro amigo Antonio Lara, quien es el mero nieto en Casa de la Abuela. Este es un esfuerzo que le ha costado mucho y esperemos valga la pena su gran sacrificio. Mientras él nos lo permita y se pueda, estaremos apoyándolo. 

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